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Los macroorganismos del suelo. ¿Por qué son tan importantes?

  • Foto del escritor: Priya
    Priya
  • 18 ago
  • 3 Min. de lectura

Hoy vamos a sumergirnos en el fascinante mundo que existe justo debajo de nuestros pies. Si bien a menudo nos centramos en las plantas, hay un universo de seres vivos, a veces olvidados, que son los verdaderos arquitectos de la salud en nuestra huerta: los macroorganismos del suelo.


Dos hormigas sobre una hoja.
Hormigas rojas en la huerta.

¿Qué son y por qué son tan importantes los macroorganismos del suelo?

Cuando hablamos de macroorganismos en la huerta, nos referimos a todos esos seres vivos que podemos ver a simple vista. Estamos hablando de las lombrices, los caracoles, las babosas, los escarabajos, las hormigas, las mariposas, las mariquitas y otros artrópodos. Aunque algunos pueden parecer plagas, la mayoría juega un papel crucial en el equilibrio del ecosistema de nuestro jardín. Su importancia se puede resumir en tres puntos clave.


1. El suelo es su hogar

El suelo no es solo tierra, es un ecosistema vivo. Los macroorganismos son los ingenieros de este hábitat. Las lombrices, por ejemplo, son auténticas ingenieras del suelo. Al moverse y excavar túneles, mejoran la aireación y el drenaje, permitiendo que las raíces de las plantas respiren mejor y accedan al agua y los nutrientes con facilidad. Sus excrementos, conocidos como humus de lombriz, son un fertilizante natural de alta calidad que enriquece el suelo.

Otros macroorganismos, como los escarabajos y las hormigas, también contribuyen a la estructura del suelo al descomponer materia orgánica, como hojas y restos de plantas. Este proceso de descomposición es esencial para crear un suelo fértil y lleno de vida.


2. El eslabón que cierra el ciclo de la materia orgánica

En la naturaleza, nada se desperdicia. Los macroorganismos son los principales responsables de reciclar los nutrientes. Cuando las plantas y otros seres vivos mueren, estos macroorganismos actúan como un equipo de limpieza. Descomponen la materia orgánica en componentes más pequeños, liberando los nutrientes que quedan atrapados en ella.

Por ejemplo, los caracoles y las babosas se alimentan de hojas muertas y otros detritos, devolviendo los nutrientes al suelo de forma gradual. Este ciclo de la materia orgánica es fundamental para mantener la fertilidad del suelo a largo plazo, eliminando la necesidad de fertilizantes químicos. Es un circuito cerrado donde la vida se alimenta de la muerte, y la muerte, a su vez, genera nueva vida.


3. Guardianes de la salud de las plantas

A menudo, pensamos que todos los insectos son perjudiciales, pero la realidad es mucho más compleja. Muchos de los macroorganismos que viven en nuestra huerta son depredadores naturales de plagas. Las mariquitas, por ejemplo, son voraces cazadoras de pulgones. Las larvas de los escarabajos se alimentan de larvas de insectos que podrían dañar nuestras plantas.

Incluso los "malos" como los caracoles y babosas tienen un papel importante: controlar el crecimiento de la vegetación muerta y, en algunos casos, servir de alimento a otros animales beneficiosos, como los pájaros y los sapos.


¿Cómo podemos fomentar su presencia?

La clave es crear un entorno diverso y acogedor. Aquí te van algunos tips.

  • Evita o elimina los productos químicos (agroquímicos): Los CIDAS (pesticidas, herbicidas, fungicidas, insecticidas) no solo eliminan las "plagas", sino que también matan a los micro- y macroorganismos beneficiosos, interrumpiendo el equilibrio natural.

  • Acolchado o mulch: Cubrir el suelo con hojas secas, paja o recortes de césped mantiene la humedad y proporciona alimento y refugio a los macroorganismos. Otra forma, es dejar sobre el suelo las hojas que caen de tus árboles.

  • Deja algunos espacios "silvestres": Un pequeño rincón con hojas muertas, troncos viejos o vegetación densa puede servir como un refugio perfecto.

  • Compostaje en sitio: Deja que la materia orgánica se descomponga directamente en tu huerta. ¡Es como invitar a los macroorganismos a un banquete!

  • Hotel de insectos: Puedes construir un refugio para que aniden y vivan insectos beneficiosos. Un simple hotel de insectos hecho con materiales naturales como piñas, ramas, bambú o ladrillos viejos puede atraer abejas solitarias, mariquitas y crisopas, entre otros. Es una actividad muy entretenida para hacer con los más pequeños de la casa.

Hotel para insectos.
Ejemplo de un hotel para insectos.

Así que la próxima vez que te agaches para trabajar en tu huerta, tómate un momento para apreciar a los pequeños héroes que trabajan sin descanso. Son ellos quienes, con su labor silenciosa, garantizan que tu jardín sea un lugar sano, productivo y vibrante.

¡Cuídalos y ellos cuidarán de tus plantas!

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