¡Nutre tu suelo, nutre tu vida! Cómo alimentar la tierra de forma orgánica y regenerativa.
- Priya

- 22 sept
- 3 Min. de lectura
¿Sabías que el suelo es mucho más que tierra? Es un ecosistema vivo y vibrante, lleno de microorganismos, hongos, e insectos que trabajan juntos para darnos alimentos nutritivos. Cuando cultivamos, extraemos nutrientes, por lo que es vital alimentar a la tierra y devolverle los nutrientes que le hemos quitado. La agricultura orgánica y regenerativa se enfoca precisamente en esto: en construir y mantener la salud del suelo, no solo para producir, sino para regenerar el ecosistema.

¿Cómo podemos alimentar la tierra de forma orgánica?
1. El compost: El oro negro.
El compost es la base de la agricultura orgánica. Es el resultado de la descomposición controlada de materia orgánica (restos de cocina, hojas secas, ramas, etc.) por parte de microorganismos. Este proceso no solo reduce residuos, sino que crea un abono riquísimo en nutrientes.
¿Por qué es tan importante?
Aporta nutrientes lentamente: A diferencia de los fertilizantes químicos, el compost libera nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) de forma gradual, evitando la sobrecarga y el lavado de nutrientes.
Mejora la estructura del suelo: Un estudio publicado en la revista Nature (2017) encontró que la adición de compost incrementa la materia orgánica en el suelo y por ende, el aumento de microorganismos en el suelo, lo que mejora su capacidad para retener agua y aire.
Estimula la vida microbiana: El compost es un hogar ideal para los macro- y microorganismos beneficiosos que ayudan a descomponer la materia orgánica y a hacer los nutrientes más disponibles para las plantas.
Consejo práctico: Para hacer compost casero, solo necesitas un rincón de tu jardín y una mezcla de materiales "verdes" (ricos en nitrógeno, como restos de frutas y verduras) y "marrones o cafés" (ricos en carbono, como hojas secas y cartón).

2. Cultivos de cobertura: Los guardianes del suelo.
Los cultivos de cobertura son plantas (como trébol, centeno o veza) que se siembran para cubrir el suelo en lugar de dejarlo desnudo. Se utilizan entre las cosechas principales o en los pasillos de tu huerto. Antes de sembrar un cultivo de cobertura, averigua si en tu zona es considerada como planta potencialmente invasora o si ya lo es. Si te encuentras en Ecuador, puedes visitar la página web de iNaturalist donde podrás verificar las especies invasoras que amenazan el país; si vives en las islas Canarias, puedes visitar la página web de RedEXOS .
¿Qué beneficios aportan?
Protección contra la erosión: Un suelo desnudo es vulnerable al viento y la lluvia. Los cultivos de cobertura actúan como un escudo natural, manteniendo la tierra en su lugar.
Fijación de nitrógeno: Las leguminosas (como el trébol) tienen la increíble capacidad de captar nitrógeno del aire y convertirlo en una forma que las plantas pueden usar, enriqueciendo el suelo de forma natural.
Aumento de materia orgánica: Al cortar los cultivos de cobertura y dejarlos sobre el suelo (una técnica llamada mulching o acolchado), se descomponen y se suman a la materia orgánica.

3. Rotación de cultivos: Una estrategia ancestral
La rotación de cultivos consiste en cambiar el tipo de planta que siembras en un mismo lugar cada temporada. Por ejemplo, si en un año siembras tomates (que requieren mucho nitrógeno), al siguiente puedes plantar leguminosas (que lo devuelven al suelo).
Aunque este método es bueno, nosotros preferimos sembrar varias cosas al mismo tiempo (asociación de cultivos), cosa que no necesitas rotarlos.

¿Cómo funciona?
Previene el agotamiento de nutrientes: Cada tipo de planta tiene distintas necesidades nutricionales. Al rotar, evitas que un solo nutriente se agote por completo en una zona.
Control de plagas y enfermedades: Muchas plagas y patógenos se especializan en un tipo de cultivo. Al cambiar la planta, rompes su ciclo de vida y eliminas la necesidad de usar agroquímicos.
4. El mulch o acolchado: La manta protectora de la tierra 🍂
El mulch o acolchado es una capa de material (hojas secas, paja, virutas de madera, compost) que se coloca sobre la superficie del suelo alrededor de las plantas.
Sus superpoderes son:
Retención de humedad: Reduce la evaporación del agua, lo que significa que necesitas regar menos.
Supresión de "malezas": La capa de mulch bloquea la luz del sol, evitando que las "malezas" crezcan.
Mejora la salud del suelo: A medida que el mulch se descompone, libera nutrientes y alimenta a los microorganismos del suelo.

Acolchado de paja y cobertura viva de gramíneas y leguminosas creciendo.
En conclusión, alimentar el suelo de forma orgánica y regenerativa no es solo una moda; es una práctica basada en la ciencia que nos permite cultivar alimentos más sanos mientras cuidamos nuestro planeta. Al aplicar estas técnicas, estás participando activamente en la regeneración de la tierra, creando un ecosistema más resiliente y productivo. ¡Tu suelo (y tu paladar) te lo agradecerán! 😊




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